Empecemos por describir este vehículo, que se ha transformado en una silueta cotidiana que vemos circular habitualmente por nuestras carreteras.
Vehículo utilitario deportivo, abreviado VUD (traducción del inglés: Sport Utility Vehicle, abreviado SUV), automóvil todocamino, vehículo todoterreno ligero, y en algunos casos Jeep son términos que se han aplicado recientemente a los modelos de automóviles que combinan elementos de todoterreno y de turismo.
Los vehículos deportivo utilitarios «compactos» o «vehículos todoterreno ligeros», o los más pequeños «automóvil todocamino», tienen chasis monocasco y están basados en plataformas de tracción delantera convertidos en tracción integral, ó en las cuatro ruedas y son vendidos por su mejor capacidad de circular por caminos en mal estado con respecto a un turismo o un monovolumen, aunque sus cualidades para circular fuera de caminos no son mejores que las de un todoterreno tradicional.
Realicemos una valoración de PROS y CONTRAS.
PROS DE LOS TODOCAMINOS
– Sin duda, uno de los grandes valores de un SUV es el diseño atractivo. La estética es fundamental a la hora de conseguir los favores del público, por ello los crossover suelen contar con líneas agresivas, capós abultados, paragolpes voluminosos, pasos de rueda sobredimensionados, elementos cromados y ruedas de gran tamaño.
– Los todocamino cuentan con una mayor altura libre al suelo que le permiten afrontar rutas camperas sin preocuparse de rozar los bajos o de que las piedras golpeen la carrocería. Está claro que cualquier SUV es más efectivo fuera del asfalto que un turismo convencional equivalente gracias a sus suspensiones sobreelevadas. Útil en pistas de tierra, pero también para no dejaros los bajos en rampas empinadas de garajes e incluso en algunos de los desmesurados badenes (también llamados guardias tumbados o resaltes) con los que algunos simpáticos ayuntamientos inundan sus municipios.
– Incluso realizando un uso frecuente fuera del asfalto, un SUV es más racional que un todoterreno si no vamos a circular por caminos muy complicados. Y también más fácil de conducir, ya que no hay que preocuparse de reductoras o bloqueo de diferenciales. La mayoría de usuarios de todocamino no saldrán nunca del asfalto, o cuando lo hagan circularán por pistas en buen estado, y buena muestra de ello es que la mayoría se decanta por un 4×2. Para ese tipo de uso, un crossover cumple perfectamente, especialmente si se montan unos neumáticos mixtos. Un todoterreno puro y duro permite aventurarse por pistas muy rotas y enfrentarse a grandes obstáculos pero ¿para qué pagar más por una tecnología que no se va a aprovechar?
– Tampoco se puede dejar de lado la mayor polivalencia de los SUV por ser una mezcla de turismo, monovolumen y todoterreno. La habitabilidad interior está más aprovechada, especialmente en altura para los ocupantes, algunos ya ofrecen hasta siete plazas, la capacidad de carga disponible es generalmente superior a la de sus homólogos de asfalto y permiten alguna que otra escapada campera.
CONTRAS DE LOS TODOCAMINOS
– Por mucho que uno sea fan de los todocamino, lo que está claro es que su adquisición resulta más costosa que la de un turismo convencional.
– Con los SUV no sólo nos rascaremos el bolsillo al adquirirlos, sino también al mantenerlos ya que generalmente tienen un mayor consumo, además de expulsar más emisiones contaminantes que los turismos. Gastan más combustible porque suelen ser más pesados y por la mayor altura de su carrocería, que repercute en la aerodinámica negativamente. Si además contamos con un sistema de tracción total, las diferencias de consumo pueden ser notables.
– Relacionado con lo anterior, no se puede obviar que los crossover cuentan con prestaciones más pobres y son menos ágiles. Esta consecuencia se debe a su centro de gravedad elevado y el mayor peso que incide en las inercias. En muchas ocasiones también se aprecia por unas suspensiones con un tarado que busca favorecer el confort al superar baches y obstáculos frente al aplomo en carretera.
– Probablemente no sean tan seguros como un turismo convencional. A pesar de la creencia popular, más grande no significa más seguro. En caso de accidente, los SUV no son más seguros que los turismos convencionales sino que en muchos casos sucede al contrario. Es cuestión de física: los SUV tienen más peso e inercias, por lo que la energía cinética a dispersar en caso de impacto es mayor, lo que puede resultar potencialmente dañino para los ocupantes.